Villa medieval de Pedraza, marco incomparable declarado Conjunto
Monumental en 1951, distinguida por los premios "C"
de Turismo de Castilla y León en 1993 y Premio Europa
Nostra en 1996. Un excelente lugar para pasear, hacer compras,
comer o hacer noche en un entorno privilegiado de quietud y autenticidad.
Situada a 1.073 m de altitud en el piedemonte segoviano, el promontorio
pétreo en el que actualmente se asienta la población
está orillado por los arroyos San Miguel y Vadillo que
poco más abajo confluyen y se convierten en el Cega.
La configuración geográfica de Pedraza favorece
un asentamiento temprano; hay indicios de población prehistórica
en los valles que arropan al río Cega y se han encontrado
restos junto a la actual explanada del castillo de cerámica
hecha a mano, que hacen suponer que la propia roca donde hoy
se asienta Pedraza estaba ya habitada hacia el s. IV a. C. por
un núcleo de población celtibérica. Posteriormente,
hay certeza de una ocupación en época romana, incluso
existe una teoría que sitúa el origen del emperador
Trajano en Pedraza.
Pero hemos de dar un salto a la Edad Media para encontrar
datos más fiables, ya que el primer documento histórico
que aparece Pedraza nos remite al s. X, en que el conde Fernán
González lanza una ofensiva en la Cordillera Central y
arrebata a los árabes las plazas de Sepúlveda,
Pedraza y Segovia ocupando la Extremadura castellana desde el
Duero hasta la Sierra. Posteriormente es de nuevo tomada por
los árabes y no es hasta el s. XI cuando se reconquista
y queda definitivamente delimitada la frontera entre Castilla
y Al-Andalus. Es entonces cuando aparecen las llamadas Comunidades
o Universidades de Tierra, a través de las cuales se realizó
la colonización y repoblación de las tierras reconquistadas.
Se trataba de concejos comuneros que eran la federación
de varios municipios enmarcados dentro de una cierta unidad geográfica,
histórica y cultural que se autogobernaban, reclutaban
tropas, recaudaban tributos y administraban justicia a sus ciudadanos
no teniendo que responder ante el rey o señor más
que en última instancia.
La Comunidad de Villa y Tierra de Pedraza abarca hoy 18 municipios
y funciona como una institución administrativa de su patrimonio
comunal. Desde mediados del s. XIV Pedraza fue dominio señorial,
situación que se mantuvo hasta comienzos del s. XIX en
que los señoríos fueron abolidos. D. Bernardino
Fernández de Velasco, condestable de Castilla y primer
duque de Frías obtiene el señorío de Pedraza
en el s. XV a través de una dote matrimonial.
Con ello, Pedraza pasa a ser residencia de varios señores
de la poderosa Casa de Velasco, condestables de Castilla desde
mediados del s. XV a mediados del s. XVI. A partir de la llegada
de los Velasco, la Villa comienza a llenarse de casas nobles
cubiertas de blasones. Además los ganaderos más
ricos acuden a avecindarse en la Villa, pues ello les da derecho
a que sus ovejas merinas pasten en prados comunales. Los s. XVI
y XVII corresponden a la época de mayor esplendor de Pedraza,
gracias a la cabaña de ovejas merinas y al honrado Concejo
de la Mesta, una tupida red de cañadas para facilitar
el tráfico ganadero que
llegó a controlar tres millones de cabezas. Los talleres
segovianos se hicieron famosos en toda Europa y la lana castellana
abastecía talleres de Brujas y Florencia; en La Velilla
aún en el s. XIX subsistía un lavadero de lanas.
En el s. XVIII comienza a apuntarse una decadencia que se
acentuará de forma brusca en el s. XIX como consecuencia
de la crisis ganadera que afectará a toda la meseta. Además
se produce la abolición del antiguo régimen señorial
de 1811 en las Cortes de Cádiz, uno de los cuales era
el ejercido en Pedraza por el Duque de Frías.
Por otro lado, se abre paso a una transformación de
los antiguos lugares de la Comunidad de la Tierra en concejos
con Ayuntamiento propio, con lo que Pedraza queda en pie de igualdad
con respecto a los municipios de su Tierra.
Como consecuencia del proceso de despoblación del campo
que marca los inicios del s. XX y que continuará agravándose
hasta bien pasada su primera mitad, las casas quedan abandonadas,
expuestas a la ruina y se venden a bajo precio.
Éste es el factor que contribuyó a dar un giro
a la situación, a que se produjera el golpe de péndulo
al retorno, que en Pedraza se inició en los años
sesenta consolidándose ya en los ochenta; la gente de
la ciudad compraba y restauraba casas para convertirlas en segunda
residencia, y ese flujo cada vez mayor de urbanitas que llegan
a la zona en fines de semana y festivos, impone un esquema y
un ritmo económico diferentes a los tradicionales. El
pulso inusitado recuperado por Pedraza es un mérito reconocido
recientemente por la Fundación Internacional Europa Nostra,
que en 1996 concedió a Pedraza un diploma "por la
recuperación de la vida de esta Villa Medieval amurallada,
mediante una respetuosa rehabilitación de sus viejos edificios,
con la frecuente colaboración de la iniciativa privada".
La Plaza Mayor, para muchos, es una de las Plazas más
bonitas de España; irregular en su forma y creada para
que las familias nobles de la villa disfrutaran desde sus balcones,
de los festejos taurinos celebrados desde 1550.
A día de hoy, sigue transformándose en plaza de
toros, luciendo sus mejores galas durante las Fiestas Patronales
en honor a la Virgen de Carrascal, del 6 al 11 de Septiembre.
Pocas familias fueron las privilegiadas de vivir en esta Plaza,
conservándose todavía sus palacios y casonas datadas
en los siglos XVI y XVII, presididas en su conjunto por imponentes
fachadas y elegantes escudos de armas, encargados de recordarnos
hoy, a quién pertenecieron entonces.
En uno de estos palacios, se alojó el Rey Carlos IV, durante
una visita de tres días a la villa, disfrutando en primera
línea de balcón, de las celebraciones organizadas
en su honor.
Presidiendo la Plaza, se levanta la Iglesia de San Juan Bautista,
el único templo que se conserva abierto al culto en la
actualidad.
Como protagonista de honor en destacados eventos, esta Plaza
medieval se ilumina con velas los dos primeros sábados
de Julio, desde hace más de 20 años, para albergar
a los mejores músicos del momento, unidos para el deleite
del visitante, en los conocidos Conciertos de las Velas, un espectáculo
único para los sentidos.
No hay que olvidarse de sus múltiples apariciones en escena,
de películas, series y anuncios de televisión,
en los que no pocos visitantes, reconocen algunos rincones ya
famosos, cuando pasean por su suelo empedrado.
Por todas estas razones y muchas más, sin duda alguna,
el corazón de Pedraza se encuentra en su Plaza Mayor,
un lugar único y cargado de historia.
No hay que olvidarse de otros puntos interesantes a conocer en
Pedraza, como su Cárcel, que se sitúa integrada
en la única puerta de entrada y salida a la villa, su
Castillo, que alberga el Museo Zuloaga de pinturas, y el museo
taurino de Ignacio Zuloaga, este último, formando parte
de un restaurante.
También hay visitas guiadas por las calles de la localidad,
recorriendo los puntos más emblemáticos de Pedraza,
en un agradable paseo de una hora, organizado desde la Oficina
de Turismo, situada en la Calle Real a pocos metros de nuestra
Plaza Mayor.
Información Turística

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